jueves, 9 de junio de 2016
miércoles, 8 de junio de 2016
¿Cómo se transfiere el calor?
Procesos de transferencia de calor
CONDUCCIÓN
Es la más sencilla de entender, consiste en la
transferencia de calor entre dos puntos de un cuerpo que se encuentran a
diferente temperatura sin que se produzca transferencia de materia entre ellos.
Ejemplo:
Tengo una barra metálica con un extremo a 80ºC y
otro a temperatura ambiente, si no tengo ninguna otra influencia externa y el
extremo caliente se mantiene a 80ºC, habrá una transferencia de calor por
conducción desde el extremo caliente hacia el frío incrementando la temperatura
de este último.
RADIACIÓN
Es el calor emitido por un cuerpo debido a su
temperatura, en este caso no existe contacto entre los cuerpos, ni fluidos
intermedios que transporten el calor. Simplemente por existir un cuerpo A
(sólido o líquido) a una temperatura mayor que un cuerpo B existirá una
transferencia de calor por radiación de A a B.
Para que este fenómeno se perciba es necesario un
cuerpo a una temperatura bastante elevada ya que la transferencia térmica en
este caso depende de la diferencia de temperaturas a la cuarta potencia: Ta4-Tb4.
Ejemplo:
Dejas tu coche aparcado en la playa un día no muy
caluroso, al volver te apoyas sin querer en el capó del coche y el grito se oye
a varios kilómetros de distancia. En este caso aunque el sol se encuentra a
bastante distancia de nuestro coche, su temperatura absoluta es tan alta que
hace que la transferencia por radiación sea muy importante. Aquí no tiene a
penas influencia que el aire ambiente
esté caliente ya que si hubiéramos dejado el coche a la sombra esto no
ocurriría.
CONVECCIÓN
En este sistema de transferencia de calor interviene
un fluido (gas o líquido) en movimiento que transporta la energía térmica entre
dos zonas.
La transmisión de calor por convección puede ser:
·
Forzada: a través de un ventilador
(aire) o bomba (agua) se mueve el fluido a través de una zona caliente y éste
transporta el calor hacía la zona fría.
·
Natural: el propio fluido extrae calor
de la zona caliente y cambia su densidad haciendo que se desplace hacía la zona
más fría donde cede su calor.
Ejemplo:
Si enciendo un radiador y espero a que alcance una
temperatura bastante alta, no tengo más que poner una mano encima (a una
distancia prudencial) para ver que existe un flujo de aire por convección
natural. El aire alrededor del radiador se calienta disminuyendo su densidad,
por lo tanto, al pesar menos que el aire ambiente, fluye hacía arriba dando
paso a un “aire de renovación” alrededor del radiador, reiniciando el proceso
de forma cíclica.
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